La semana que finalizó fue testigo de un acontecimiento no del todo común. Nuestros títulos públicos en dólares mostraron una mejor performance que sus pares regionales y emergentes. El avance en las negociaciones con el FMI fue el principal driver, pero detrás de eso se esconden bajas valuaciones, producto del desinterés y escepticismo de larga data con los activos de riesgo locales.
Si bien en lo que va del corto año los dólares implícitos en las cotizaciones de los distintos bonos llevan saldo positivo, su andar fue errático durante las últimas semanas. Por su parte, el tipo de cambio oficial, retrasado según la visión del mercado, acelera el ritmo de suba y se ubica cerca de la tasa de interés mayorista.